EXPANSIÓN MENTAL Y
"CAMPO DE ENERGÍA"
La experiencia nos enseña que el
movimiento (incluso complejo o "especializado"), como cada gesto
rutinario que hacemos, surge del desplazamiento de segmentos óseos causado por
el continuo "relajamiento y contracción" de nuestros músculos.
En las artes marciales este mecanismo
fisiológico va acompañado, y a veces en gran parte reemplazado, por
"liberar y expandir" fibras.
Este mecanismo implica no sólo la
expansión física del cuerpo, sino también la expansión de la mente y la
intención que emite.
Obviamente, para una práctica
adecuada es importante entender cómo abrir las articulaciones, cómo estirar los
músculos y cuáles son las formas que nos permiten estirar la red facial. Es un
trabajo "especializado", indispensable en algunas disciplinas
marciales, especialmente en las domésticas.
Para que el cuerpo sea capaz de
implementar este tipo de mecanismo psicofísico (que excluye del movimiento
ordinario), es imperativo que la mente sea capaz de “expandirse”, irradiándose
en el espacio circundante.
La capacidad de "estirar"
la mente y proyectar la intención se logra mediante la formación de
concentración (incluso mediante técnicas tradicionales de meditación) y la
"presencia físico-mental", en un esfuerzo por aumentar la conexión
mente/cuerpo.
Para estar quieto o en movimiento
debes estar constantemente presente, escuchando con especial atención al
cuerpo, primero en sus partes separadas y, después, en su totalidad, en su
inevitable unidad con la mente y la energía.
Este tipo de atención al principio es
una fuerza de juego parcial.
Sin embargo, una vez que te
concentras mentalmente y físicamente más relajado, tu atención se transforma en
una nueva (e increíble) conciencia corporal, que supera todas las expectativas.
Esta nueva conciencia envuelve el
cuerpo en su totalidad, fibra por fibra. Más tarde incluso puede irradiar,
llegando a percibir claramente no sólo su propio cuerpo y el espacio en su
"interior", sino también el espacio que lo rodea inmediatamente.
Incluso cuando este espacio se comparte con "otros" (un compañero de
entrenamiento, un oponente, un atacante) se ve como un "continuo", un
"campo de energía" ininterrumpido.
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