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XU
LING DING JING
La expresión Xu Ling
Ding Jing (guiar el poder del vacío a la cúspide de la cabeza,) nos evoca
literalmente al Jing que llega al cerebro nutriendo el Yi y avivando la lucidez
del Shen Para entender este acierto
debemos recordar que el canal Zhong Mai
enlaza el flujo de Yin y Yang que se rebobina en las órbitas externas de los meridianos Du Mai y Ren Mai . Cuando la espina dorsal está bien ubicada y la pelvis yace basculada hacia
delante el eje de fuerza ancestral emanada de los riñones abre la puerta de la
lucidez, la clarividencia y la reacción instintiva. Para actuar desde el vacío
debemos aprender a conectarnos con la conjunción de hálitos que enlazan al
hombre con los campos energéticos del Cielo y de la Tierra. Es obvio que si
tenemos la capacidad de cultivar el espíritu para retornarlo al vacío
disolveremos definitivamente la distinción entre nuestra persona y la que a
menudo establecemos con el oponente, controlando sus acciones desde la vacuidad
de la mente. Acceder a esta fuente de interacción con el universo es romper de
golpe los límites del Ego y entrar en el recinto sagrado de la espiritualidad.
Si evaluamos la intención de un contrincante con las limitadas reseñas
importadas de nuestro raciocinio, estaremos sucumbiendo a los inacabables lazos
de Yin y Yang. En esta lógica inferencia avalada por los sentidos físicos
caeremos en los juicios engañosos y la imparable mezcla de los contrastes. No obstante,
el kungfu superior no es una suposición reflexiva y mucho menos un cálculo
aproximativo sopesado desde nuestras bases intelectivas, sus reflejos nacen de
una consciencia interior que no necesita de criterios preconcebidos para
exteriorizar una respuesta precisa. Es bien sabido, por muchos de lo que hemos
estudiado los pilares del pensamiento chino, que Taiji es Yin y Yang en
movimiento, pero su núcleo intemporal germina desde Wuji . En Wuji no hay
polaridades, hay flujo e infinitas potencialidades. Por lo tanto, si combatimos
sumergidos en Yin y Yang seremos víctimas de las mutaciones, de la antítesis de
sus correspondencias, de la disparidad de sus posibilidades; pero si aprendemos
a sintonizar el corazón con el estado de universalidad que llevamos dentro, nos
descubriremos saltando al precipicio cuando ya hayamos alcanzado el extremo
opuesto del abismo. Como bien sentencia un pensamiento:“¿cómo podría ignorarse
en el entrenamiento el uso de la cintura y la ubicación de la cabeza? Si
descuidas esto, todo tu kungfu será en vano” . Guiar el poder del vacío a la cúspide de la cabera es como enchufar la
sensibilidad a una corriente de alto voltaje que proporciona una instintiva
capacidad de reacción y una
poderosa alquimia de esencia, energía y espíritu.
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