Muchas veces los alumnos tienen problemas para
aprender las secuencias que se realizan en las formas de Chikung o de Taichi,
especialmente si tienen poca experiencia. Está claro que hay quien tiene más
dificultad para aprender movimientos que otros, pero aunque nos resulte muy
complicado, siempre hay cosas que podemos hacer para mejorar nuestra capacidad
de aprendizaje.
A continuación te dejo una serie de reflexiones que te
pueden ayudar a mejorar en tu aprendizaje.
Asegúrate de que realmente quieres aprender.
Parece una obviedad, pero no lo es. Revisa cuales son
los motivos que te han llevado a esa actividad. No es lo mismo que de manera
consciente haya elegido practicar Chikung buscado como cuadrarlo con mi horario
a que lo que estaba en mi cabeza era realizar alguna actividad y Chikung
encajaba bien en mi agenda. La motivación es la gasolina que me permite llegar
a mi destino. Sin suficiente gasolina, es fácil que tenga dificultades y si
estas aparecen, desista.
Si entrar en esa clase de Taichi o Chikung fue tu
elección, enhorabuena, pero no dejes que tus ganas decaigan. Si llegaste de
rebote, aprovecha la oportunidad para encontrar lo que te puede enganchar.
Practica regularmente.
Este consejo tiene dos puntos. El primero es asistir a
clase regularmente. Las clases son el lugar donde aprendemos y si la asistencia
no es continua será más fácil que se olviden las cosas y además perderemos
lecciones por lo que en la siguiente clase, el material se irá acumulando. Las
clases están diseñadas para trabajar una cantidad de material asequible para
que el alumno pueda aprenderla, pero al faltar a una clase hará que esos
contenidos se tengan que sumar a la siguiente, haciéndolo cada vez más
complicado.
La segunda parte es practicar en casa. Sólo hace falta
encontrar unos minutos para repasar una forma o incluso un solo movimiento que
acabo de aprender o que me daba guerra. Poco es siempre mejor que nada. La
repetición dificulta el olvido. Algunos alumnos se excusan para no practicar
diciendo que como no lo tienen claro, prefieren no hacerlo para no “coger
vicios”. Así que la alternativa es no hacerlo y en vez de volver a clase con el
movimiento aprendido en líneas generales y sólo necesitar pulirlo, vienen con
el movimiento olvidado y hay que enseñarlo de nuevo.
Estar presente en las clases
No sólo hay que asistir a clase, hay que estar con
atención constante y consciente en lo que se está realizando. Tenemos una vida
muy ajetreada y es difícil darnos un permiso para estar en el momento presente.
Olvida mientras que estés en la actividad lo que deberías haber hecho o lo que
tendrás que hacer y atiende única y exclusivamente a lo que estás haciendo en
ese momento.
Aprende gradualmente
Cada forma se puede dividir en movimientos y cada
movimiento tiene diferentes partes y a todo se le pueden dar diferentes niveles
de detalle. No te abrumes tratando de imitar el movimiento tal y como lo hace
el profesor o alumnos con más experiencia. Cuando estés aprendiendo algo nuevo,
divide el movimiento en partes, no trates de verlo como un todo. Fíjate en cómo
se colocan los pies al dar el paso y sólo cuando lo tengas claro, observa las
manos. Nuestra atención es limitada. Es mejor centrarse en una cosa y captar
todos los detalles que tratar de mirar muchas y no poder procesar tanta
información. Sobre todo, no te agobies, no pasa nada por simplificar los
movimientos hasta que te veas capaz de realizarlo correctamente. No existen
atajos.
Entiende el proceso de aprendizaje
Absorbemos la información, la procesamos y la ponemos
en práctica. Tenemos diferentes sistemas para integrar la información: visual,
auditivo y motor. Trata de utilizar los tres canales. Observa lo que hace el
profesor, fíjate en los detalles. Escucha las explicaciones o verbaliza las
acciones, muévete imitando lo que quieres aprender. Cuantos más recursos
utilices, más probable es que captes lo que necesitas. Al procesar la
información trata de relacionarla con otros elementos que ya conozcas, busca
reglas nemotécnicas para recordar una secuencia. Finalmente practica, practica
y practica. La ejecución en si misma te va a dar nueva información que podrás
procesar, recordando una instrucción anterior y tú mismo podrás hacer
correcciones al movimiento y mejorar la práctica.
Ten paciencia
Todo lleva su tiempo. Tenemos que evitar que el exceso
de entusiasmo nos haga saltarnos pasos. Primero aprendemos los movimientos
básicos generales y poco a poco hay que integrar más conceptos. Pero hasta que
el cuerpo no esté preparado no tiene sentido avanzar. Si hay tensiones o la
postura no es correcta, no tiene sentido introducir movimientos inducidos por
relajación. Si no se domina una respiración natural, para que vamos a tratar de
hacer una abdominal invertida. Cada progreso hay que ganárselo y ser merecedor
de cada avance te hará disfrutar más en tu práctica.
Lo importante es el camino
Hay que disfrutar del proceso, no estar obsesionado
con la meta. De hecho, siendo realista, este es un camino infinito. Siempre
podemos aprender más cosas, mejorar las que hacemos, profundizar en la
práctica. Hasta el trabajo más básico puede ser cada vez más y más
complejo y profundo. Por eso no existe un final, sólo tratar de avanzar en el
camino. Intentar conseguir cada día mejorar en algo más.
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