EL PODER DE LA INTENCION
EL YI.
Es el trabajo del YI, de la intención lo que corona el trabajo del cuerpo en estático o en movimiento con la respiración.
Los chinos dicen: "EL YI CABALGA SOBRE EL QI", el espíritu conduce la energía.
Poco a poco la concentración del espíritu podrá actuar de manera más eficaz sobre los diferentes planos, como apaciguar lo mental y el corazón, de armonizar las emociones, de clarificar sus pensamientos, etc...
Este trabajo puede hacerse de forma global, por ejemplo, en la inspiración se deja entrar energía pura y en la espiración se expulsa energía impura.
También se pueden combinar diferentes concentraciones como; la visualización de un paisaje agradable que calma, un color asociado a un órgano interno, un punto preciso del cuerpo, los sonidos, etc...
Una forma de autosugestión quizás empleado algunas palabras, frases, los sentidos de la poesía, etc...
Hay que practicar la forma de Tai Chi como si hubiera alguien delante de uno mismo y trabajar con otra persona como si no hubiera nadie delante.
Un trabajo que realiza de forma estática o dinámica no hay que forzar nunca sobre la concentración, la sensación debe ser ligera, presente sin ser impuesta, hay que sujetar y soltar al mismo tiempo, tomar del retroceso, no crisparse sobre un concepto demasiado estancado, para evitar bloquear la energía.
El trabajo estático permite reforzar la energía, capitalizarla y elevar la conciencia.
El trabajo dinámico hace circular la energía, mejora los cambios energéticos internos y externos. Equilibra la relajación entre el cuerpo y el espíritu.
Los maestros aconsejan buscar el movimiento en la inmovilidad y la calma en el movimiento.
Según el maestro Wang Xi An del estilo Chen, dice que hay que diferenciar el trabajo de lo externo con lo interno; en le trabajo externo, primeramente hay que memorizar el gesto, para poder corregir, después hay que buscar para obtener la fuerza en la relajación, seguida mente y lo que es más difícil, encontrar la fuerza en la flexibilidad.
La relajación es muy importante, no la sensación de blandengue, pero la necesaria para acumular potencia en cada parte del cuerpo cuando la necesitamos y finalmente hay visualizar la imagen que tenemos delante de nosotros, trabajar la intención es imaginar el movimiento. Si tenéis la intención, vuestra fuerza seguirá el gesto.
La compresión en el movimiento, es cuando se ven las imágenes. Si la intención se para en el movimiento, no existirá más fuerza al final del gesto.

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